sábado, 24 de septiembre de 2011

capitulo 4-supernaturally


Capítulo 4 Ábrete sésamo

Traducido por flochi


Parpadeé contra la luz, congelada por la incredulidad. No había visto un hada desde esa noche con Vivian y Reth. Había esperado nunca mas volver a ver uno.

Lend, sin embargo, no estaba congelado. Lanzándose hacia el otro lado de la cocina, agarró una d elas cacerolas de hierro fundido que su padr siempre dejaba afuera. Una figura saió de la oscuridad, volviendo su cabeza justo a tiempo para ver a Lend balancearse con todas sus fuerzas.

El hada se agachó, dando una voltereta y saltando a varios pis de distancia. Lend dio la vuelta para acercarse nuevamente.

—Oye-oh, ¿qué es esto? El hada dijo con una risa.

Había algo mal, algo que n coincidía en todo el asunto. Entrecerré mis ojos en la hada. Mi altura, con cabello rubio arena, brillantes ojos azules, hoyuelos, y…

—¡Lend, detente! —Reaccionando a mi grito, levantó sus brazos de vaivén, perdido su balance, y se tambaleó a la encimera de granito. Me miró, sorprendido. Sacdí la cabeza, sintiéndome de la misma manera. No tenía idea de cómo era posible, pero no podía negarse lo que vi debajo de la pie del muchacho.

Nada.

—No es un hada —dije. Volví la vista a la puerta, pero ya se había ido. Lo había visto todo el tiempo; él era lo único que había salido. Ninguna hada en absoluto.

Esto era imposible.

—¿Estás segura? —Lend todavía sostenía la sartén en ristre, sin quitar los ojos del chico. O sujeto, realmente. Parcía de nuestra edad, quizás un año o dos mas joven.

El no-hada me sonrió y me guiñó un ojo, saltando para sentarse sobre la encimera.

—No es la recepción que estaba esperando, pero te concederé esto chico, es emocionante.

Raquel se apresuró a entrar a la habitación, luego fijó un ceño profundo en Rubiecito.

—Llegas tarde.

Se encogió de hombros y se sirvió si mismo una manzana del fruter junto a él.

—Me he perdido. —Le dio un gran mordisco, crujiendo fuertemente antes de palidecer y escupir en el fregdero. Con un suspiro de arrepentimiento, le lanzó lamanzana a Lend, quien soltó la artén instintivamente par atraparla.

El metal todavía estaba repicando cuando David entró detrás de Raquel.

—¿Quién es ese?

—No es un hada, eso con seguridad —respondí. Rubiecito se puso de pie sobre la encimera, su cabeza casi rozando el techo. Luego, con una alegre venia, hizo ua voltereta, aterrizando sobre sus pies.

Seguí mirando, buscando algo, lo que sea debajo de su piel. No había glamour. Sus ropas eran normales, también, una remera celeste estampada y unos lindos jeans.

—¿Cómo hiciste eso? Pregunté.

—Mucha práctica. Deberías verme caminar sobre mis manos.

—¡La puerta! ¿Cómo hiciste para venir a través de una puerta de las hadas por ti mismo?

—Oh, ¿eso? —Pasó una mano entre sus rulos y volvió la vista a donde había estado la puerta—. Fácil. Caminas a una pared, y… —se acercó, todos nosotros inclinándonos con él, mirando sin aliento—…¡ábrete sésamo! —Levantó ambos brazos dramáticamente en el aire.

Nada sucedió. —Huh. —Se dio la vuelta y se encogió de hombro—. Bueno, supongo que estoy atascado.

Raquel exhaló un suspiro que solía conocer bien—era su ssupiro Evie, Evie, Evie. Pero esta vino segido con un cansado:
—Jack. Por favor, deja de jugar. Estamos aquí por trabajo.

—Si, madam —dijo él, con los ojos bien abiertos y serior. Raquel se dio la vuelta para volver a la sala de estar y Jack tiró ligeramente de mi cola de caballo, salió a paso detrás de ella.

¿Quién demonios era esta prsona?

Lend tomó mi mano.

—¿Tienes idea alguna de qé está pasando?

Sacudí la cabeza. Nunca había visto a alguien que pudiera atravesar una puerta de hadas o navegar los senderos a menos que fueran acompañados por un hada. Incluso uno no podía sltar la mano del hada en los Senderos o estarías perdido por siempre en la infinita oscuridad. Todavía tenía pesadillas sobre estar allí sola.

David, Lend, y yo entramos cautelosamente en el otro cuarto, tensos por un ataque. Pero Jack estaba sentado, tan casual como podía star, sobre el fondo del sofá.

—Jack es de quien he stado tratado de contarte, Evie. —Raquel sonrió presumidad hacia nosotros—. Gracias a él, podemos transportarte a los destinos y desde los lugares con la misma rapidez como un hada. Nunca mas tendrás que trabajar con un hada.

—¿Cómo? —Lo había visto con mis propios ojos, pero todavía seguía sin creerlo. Entonces me di cuenta de algo repentinamente—. ¡Quítate la remera!

—¡No soy esa clase de chico! —Frunció el ceño pensativamente—. Pensándolo bien, ¿por qué no? —Se quitó la camisa sobre la cabeza, revelando un torso flaco que bajo otras circunstancias podría haber provocado admiración, pero hoy solo era mas confuso. Otra vez mas no había absolutamente nada tremulando por debajo. Hasta aquí llegaba mi teoría de que estaba escondiendo algo paranormal bajo sus ropas.

Me ruboricé colérica y miré a Raquel. —¿Qué es él? ¡No veo nada!

—Él no es “nada”. Sólo un chico talentoso.

—Entonces, ¿cómo hizo una puerta? ¿Cómo consiguió atravesar los Senderos?

—Espera, ¿entonces tengo permitido ponerme la camisa? ¿O quieres remover mis pantalones también?
Lend y yo unimos fuerzas en una mirada sombría.

—Solo si quieres que vomite —espeté.

El comunicador de Raquel sltó un pequeño bip y lo sacó, revisando el mensaje.

—Jack, tenemos que irnos. Evie, piensa en mi oferta y hablaremos nuevamente en unos cuantos días. —Ell alzó la vista y me sonrió, esta alcanzando sus severos ojos y haciéndola sorpresivamente encantadora—. Y fue agradable verte de nuevo.

Tiré mis brazos alrededor de ella en un abrazo.

—A ti, también.

—David —dijo ella, su voz mas tirante cuando se volvió a él e hizo un asentimiento con la cabeza. Él le devolvió el asentimiento, sus ojos permaneciendo en ella un poco mas de lo necesario—. Lend.

Lend sacudió su cabeza, mirando hacia un costado con frustración.

Jack saltó fuera del sofá, poniéndose de vuelta la camisa.

—La próxima vez, si lo prefieres, vendré sin una —dijo, sonriéndome. Tomando la mano de Raquel, avanzó camino arriba hacia la pard de la sala de estar y puso una mano sobre él. Por primera vez, su rostro había perdido su aspecto de gallardía y juguetona, y parecía estar esforzándose por la concentración. Bastante ma slento de lo que le tomaría a un hada, el contorno brillante de una puerta se formó sobre la pared, abriéndose a la oscuridad. Raquel y Jack la atravesaron, y se cerró detrás de ellos, sin dejar evidencia de que hubo existido en primer lugar.

Lend se volvió hacia mi.

—Buneo, eso fue interesante. Y una pérdida tiempo. Como sea, ya que estoy aquí, ¿qué dices si mejoramos tu aburrida tarde?

Deseaba poder hacerlo entender que Raquel no solo era mi anterior empleadora—o peor, mi captora, como parecía ver a cualqueira que trabajara para el AICP. Y Jack me confundía al extremo. Pero ese tiempo extra junto a Lend quitó a mi mente rápidamente de esos problemas particulares.

—¿En qué estás pensando?

—¿Qué tal el centro comercial?

—Espera…¿quieres decir el Cento comercial, como en un montón de museos de DC que nos gustaría recorrer y que yo finja que entiendo arte moderno mientras en realidad estoy pensando, mierda, un gremlim pudo haber pintado eso por todo lo que sabemos, o el centro comercial, como en elegir un nuevo par de zapatos, comr comida que es horrible para nosotros e inventar historias de vida para todas las personas que pasamos?

—Puedo ver ahora que debí haber querido decir el segundo.

—Que chico inteligente. —Sonreí y lo acerqué.



—Todavía digo que ese chico era CIA. Espía desde el principio.

Reí, volviendo mi rostro cuando aparcamos en frente del restaurante.

—Lend, él era como cinco pies de nada.

—¡Exactamente! Tú nunca sospecharías de él. Es tranquilo, un chico de aspecto insulso, no parece una amenaza hasta que—BAM. ¡Dile adiós a todos tus secretos de estado!

—Bueno, bien. Era un espía.

—Aunque, deberíamos haber ido a esa película. Creo que algunas explosiones te habrían hecho bien, ayuado a relajarte después de un día difícil.

—No es mi culpa que no tenga permititdo entrar sin un adulto y que te hayas olvidado tu licencia.

Lend puso los ojos en blanco. Mechones plateados entre su cabello casi negro y reí, empujándolo.

—Termínalo. Eso s escalofriante. Además, si pretendes ser viejo para entrarme a escondidas, sería super asqueroso si fingimos estar saliendo o algo así. No mas cabello gris.

—Bien. —Su cabello se estiró en tirabuzones, convirtiéndose en rojo cobrizo.

Reí.

—¡Basta! Alguien te verá.

Sus ojos se pusieron serios y su cabello cambió a su apariencia normal.

—¿Estás segura de que no quieres que me quede? Puedo escaparme de clases mañana si no te sientes bien.

—No es necesario. —Lend nunca faltaba a clases; me encantó que estuviera dispuesto a saltarse las clases por mi, y parte de mi estuvo tentada por la oferta…pero e sentiría demsiado culpable.

Suspiró.

—Tengo laboratorio biológico. ¿En serio te encuentras bien? ¿Nada herido luego de tu caída? ¿Ningún extraño efecto secundario debido a la sílfide?

—Estoy bien.

—Muy bien. Te veré el sábado.

—¿No el viernes a la noche? —Odié el quejido que se deslizó d emi voz. No sería esa clase de novia, la chillona, la latosa que no podía tener una vida sin su novio. Auqnue fuera completamente justificable que quisiera mas que nada pasar cada mnuto de su vida con él. Nop. No esa clase de chica.

—Tengo un proyecto grupal en anatomía de vertebrados, y él único momento en que pudimos acordar hacerlo fue entonces. Dudo que esté terminado lo bastante rápido como para que llegue a una hora decente, y si me quedo en mi dormitorio donde no hay distracciones hermosas y divertidas, puedo terminar mi tarea y ser completamente tuyo todo el fin de semana. Así que a primera hora de la mañana del sábado.

Se inclinó y me besó. Deseé que pudiera derretir lejos su glamour y besarme él mismo, hablarme como él mismo, pero no lo haría debido a si alguien que caminara cerca me viera aliendo con una silueta casi invisible. La desventaja de salir con un elemental mitad humano, mitad agua, supongo.

Echándose hacia atrás mucho antes de lo que quería (el que, enfrentémoslo, podía haber sido varias horas—nunca me cansaba de besarlo), salió y me abrió la puerta. Al segundo que bajé de coche, una extraña brisa helada se envolvió ami alrededor. Todos los pelos de mis brazos se levantaron en respuesta. Estremeciéndome, abracé fuertemente a Lend, ignorando mis magullones.

—No lo hagas, ¿está bien? —susurró.

—¿Hacer qué?

—Trabajar para el AICP de nuevo. Solo…solo no lo hags.

Alcé la vista hacia su rostro.

—¿Y si puedo hacer algo bueno?

—Lo estás haciendo bastante bien siendo tú misma. Me preocupa lo que podría pasarte.

Fruncí el ceño, haciendo un ruido poco definido, el que él pareció tomar como un consentimiento, a juzgar por su sonrisa.

—Te veré el sábado. —Me besó nuevamente y después esperó que subiera las escaleras antes de volver a su auto y alejarse conduciendo.

¿Relaciones a larga distancia? Apestan. Es su mayoría.

Suspirando, entré y atravesé el comedor brillantemente iluminado. David compró On the Hoof hace una década como un frente para su operación oculta paranormal. Proveía trabajos para los paranormales en necesidad y un buen lugar para que todos se reunieran y mantuvieran un seguimiento uno del otro. La decoración era alegre, un tema ligeramente aburrido de los cincuenta. Nona, la administradora, me saludó, su maravilloso glamour rubio flotando sobre la piel de roble marrón y cabello verdoso musgo. Supuestamente, vivía en el apartamento de arriba con Ariana y conmigo, pero realmente ella volvía al bosque en la noche, depositando sus raíces hasta que el sol saliera. Los árboles espirituales—otras species de paranormales que nunca había conocido en el deber de bag-and-tag en AICP. Yo era mas de violencia y caos en ese entonces.

Asentí distraídamente ante los varios regulares, y en su mayoría vampiros y licántropos, notando otro nuevo paranormal que nunca antes había conocido, que hiz a mi corazón doler un poco—ella lucía como un cruce entre Lish y un humano, completa con agallas en su cuello y aletas alineadas en sus pirnas desnudas bajo su glamour. Últimamente habíamos estado viendo cada vez mas especies que ni David ni yo habíamos encontrado jamás.

Ahora que pienso en ello, muchos de los nuevos paranormales que no sean d ela variedad de los licántropos o vampiros había stado visitando a Nona, rondando el comedor o encontrándola en el fondo. Y la sílfide era ciertamente nueva. Quizás Nona podría…

Grité, vitando por un estrecho margen tropezar con el gnomo de cocina, un espécimen particularmente refunfuñón llamado Grnlllll. Al menos, creo que ese era el nombre de ella. O de él. Era difícil decirlo cuando se trataba de gnomos. Quizás esa era la razón por la que ¿ella..él? me odiaba. La mirada parecía bastante femenina, sin embargo.

El deseo de alejarme del ceñudo Grnlllll parció superar mi deseo de hablar con Nona, y me deslicé a través de la puerta de la cocina. Arriba finalmente, me desplomé sobre el sofá floral y descolorido.

—¿Evie?

—Sip.

Arianna brincó en el cuarto, un vaso en su mano. Deliberadamente no miré lo que contenía. Nunca evitaba mirar a Arianna, sin embargo, incluso si su cuerpo muerto y marchito debajo de su glamour (si consideras la piel fenomenalmente blanca y el cabello de punta negro y rojo normal) me ponía nerviosa como todos los vampiros hacían. Hería sus sentimientos, y a pesar de nuestros duros comienzos en la primavera pasada, realmente pienso en ella como una miga. No s como si ella hubiera pedido ser lo que era, y nunca bebió sabgre humana. Además, ella podía ser realmente divertida cuando no me cabreaba.

—¿Gran tarde? —Arianna se sentó en el asiento de dos cuerpos y agarró el control remoto, cambiando la televisión a nuestr programa.

—Eso podría decirse. —Froté mi cadera sensible, preguntándome cuán negro y azul estaría en la mañana.

—Está bien. El perdedor lava los platos por una semana. Apuesto a que Landon y Cheyenne empiezan a salir pero tienen una pelea y rompen al final del episodio.

Tratando de sonar mas entusiasta de lo que me sentía, contesté.

—No, Cheyenne lo rechaza debido a un malentendido, y él empieza a tomar drogas de nuevo.

—estás dentro. —Arianna se inclinó hacia adelante, devorando el drama interpretado en la pantalla en frente de nosotras.

Miré con tristeza el techo, tratando de ignorar la leve sensación de hormigueos en mis dedos. Sabía que debería escuchar a Lend, mantenerme alejada del AICP, ser agradecida por mi normal y aburrida vida. Debo vivir por los fns de semanas, cuando lo veo e ignorar el dolor molesto que siempre me tira desde el fondo de mi mente queno importa cuanto tiempo pase con él, cuanto lo ame, nunca será ralmente mio porque yo soy temporal y él era eterno.

Yo estaba bien. Esto era suficiente. Además, Lend no quería que ayudara al AICP.

Pero Lend no estab aquí, ¿verdad?

Fin de capítulo

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