lunes, 26 de septiembre de 2011

capitulo 5- supernaturally


Capítulo 5 Los brillos lo mejoran todo

Traducido por flochi


—Despierta —una voz como el murmullo del agua sobre las rocas susurró en mis oídos. Sonreí y extendí mis brazos hasta que encontré el cuello de Lend. Supe lo que vería cuando abrí los ojos—casi nada. Mi Lend en su verdadera forma. Entrecerrando los ojos contra la luz de la mañana, miré a sus aguados ojos.

—Buenos días —dijo, y me derretí.

—Buenos días. —Traté de tirarlo a mi lado, peor rió y se escabulló de debajo de mis brazos.

—Levántate, perezosa. ¿A menos que quieras dormir en vez de salir conmigo?

—No lo sé. —Cerré mis ojos nuevamente—. Estoy bastante cansada.

Él respondió lanzando una almohada a mi rostro. Reí y rodé fuera de la cama, cepillando mis dientes y cambiándome mientras hablaba con Arianna en la sala de estar. Mi cuarto era diminuto—un vestidor con pretensiones, en realidad—pero yo había pintado las paredes “repuganantemente rosas” para citar a Arianna. Extrañaba mis porters del Centro, peor lentamente estaba haciendo este lugar mio. Los bocetos de Lend ocupaban la mayor parte dl espacio libre, los queme hacían sentir como si él estuviera cerca cuando en realiad no lo estaba.

—Por supuesto que soy una Nigromante —le explicó Arianna a Lend. Ella estaba sentada en frente de su elegante scritorio, ejecutando su juego favorito—. Es irónico. En la vida real pertenezco a las hordasde muetos vivientes, y e mi vida inline los controlo.

Pasaba casi cada hora d eluz ahí, pasando misiones con con compañeros digitales escasamente vestidos y de piel violeta. Hace unas cuantas semanas me había molstado no poder ser apaz de poder comprobar mi bandeja d emensajes y le había contestado de mala manera que debía encontrar algo productivo que hacer con su tiempo. Ella insistió en mostrarme cuanto tiempo un vampiro puede estar sin moverse de un único lugar.

Es un largo tiempo.

Pero incluso peor, un par de días de su sentada, la escuché sollozar. Desde entoncesno he mencionado nada de cómo ella usa su tiempo. Tener vida eterna parece como una idea bastante genial, ¿pero tenerla a la fuerza de esa forma? No tanto. Los inmortales como Nona tratan de humanizarse de vez en cuando por diversión, pero ellos fueron hechos para ser eternos. Las personas no, y el cuerpo muerto de Arianna debajo de su glamour era un constante recordatorio de eso.

—Y por eso tuve que matarlo—el cuchillo de O’orlenthaal debería haber sido mio todo el tiempo, el peuqeño zorro. Ahora tenemos que luchar contra su gremio, que es donde mi capacidad de reunir ejércitos de muertos viene bien.

—Así que lo que estás diciendo es que has estado ocupada. —Lend le sonrió, y Ariannarió. Ella lo trataba como a un hermano. Lend, a cambio, la trataba como si ella fuera completamente normal. Amaba eso de él; tomaba a cada paranormal en serio, y podía decir que eso significaba mucho para aquellos como Arianna y la mayor parte de los licántropos, qienes luchaban con lo que eran. Lend tenía una asombrosa habilidad para euqilibrar a los paranormales y normales y hacer que cada uno sienta que pertenecen.

—Completamente ocupada. También diseñé unos cuantos vestidos—esos estúpidos reality show no tienen nada que hacer al lado de los míos.

—Te lo estoy diciendo, ¡empieza un sitio web! Puedes hacerlo todo aquí y después venderlo online. Muéstrame los bocetos de tus vestidos, haré e sitio, y tú e Evie pueden modelar.

Arianna se encogió de hombros, revolviéndose en su asiento. Ella había estado en la escuela de diseño de modas cuando fue cambiada. Lend siempre trataba de hacerla reanudar una vez mas, pero por alguna razón ella nunca se enfrentó a ello.

Él alzó la mirada y sonrió cuando me vio en el pasillo.

—¿Lista?

—Siempre. ¿Seguro queno quieres salir, Ari? —pregunté. Por favor, que no quiera salir, pensé. Tenemos planes para una película con ella esta tarde, pero quería algo de tiempo solamente con Lend por unas cuantas horas.

Agitó una mano en el aire, enfocada nuevamente en su computadora.

—Voy a terminar esta incursión.

Una ráfaga de afecto por por ese estúpido juego brotó de mi pecho. ¡Hurra por los juegos de rol y su efectividad por des-acompañarme!

Lend tomó mi mano en la suya mientras caminamos fuera en la mañana fría de otoño, una briza que se elevó para danros la bienvenida una vez que dimos un paso en la acera. El verano había perdurado este año, reaci a renunciar a su asidero. Solo en la última semana, mas o menos hubo un frío que que se deslizaba en las noches. Las hojas estaban insinuando el cambio, dorado y rojo tambaleándose en su camino. Después de vivir en el clima controlado del Centro, yo era definitivamente una fanática de todo ste asunto de las estaciones.

También era fanática de mi novio. La luz del sol le daba un brillo espcial a sus ojos aguados, y el glamour de su cabello casi negro estaba brllante y ta adorable. El día no podría haber sido mas perfecto.

—Tengo un regao para ti —dijo Lend. ¿Dije que el día no podía ser mas perfecto? Porque definitivamente se está haciendo mejor.

—¿Para qué? —chillé, sin tratar de esconder mi emoción. Los regalos en el Centro habían sido pocos y distantes, y, con Raquel como la dadora principal, dolorasamente prácticos. Estaba el botiquín de primeros auxilios tamaño de viaje para mi duodécimo cumpleaños, la enciclopedia de triste fama de Navidad (honestamente, ¿quién compra esos? Se llama a internet), y por supuesto, el pináculo de toda la mierda en los regalos dados: calcetines. Cada año.

Pero la caja que Lend sacó de su bolsillo definitivamente no contenía calcetines en su interior.

—¿Es brillante? —Salté con impaciencia sobre mis talones a mdida que lo abría.

Rió y sacó una delicada cadena de plata, enlazada a través de un pendiente con forma de corazón abierto. Tres piedras rosadas recubrían un borde resalatado en contraste al metal oscuro del corazón. Aparté mi cabello del cuello y lo cerró allí, el rastro d sus dedos contra mi piel aumentando mi piel de gallina.

Toqué el metal frío. —¡Es hermoso!

—Oh bien. Nunca he regalado joyas antes.

—Bueno, has establecido una calidad ridículamente alta para ti mismo. Deberías haber empezado con algo hortera. —Puse mis brazos alrededor d esu cuello y lo acerqué con un abrazo, respirando su aroma a fresco.

—Aunque, no solo es bonito.

—¿No?

—Práctico, también. El corazón está hecho de hierro.

Una calidez me atravesó, un torrente de afecto al que debería estar acostumbrada pero que todavía siempre lograba sorprenderme. Dejar que Lend encontrara una manera de protegerme con el repelente de hierro contra hadas. Por supuesto, esto significa que casi es tan práctico como Raquel, pero lo práctico suyo fue con brillos y hermoso. Pasé mis dedos entre su cabello.

—Perfecto.

—¿Lo es?

 lo eres. Pero el collar también.

Nos besamos hasta que una anciana paseando a su perro torió ruidosamente e nuestra dirección, hacéndonos recordar donde estábamos, de hecho, en la acera y no en nuestro pequeño mundo personal. Le sonreí tímidamente, solo entonces notando que ella una paranormal con glamour. Su rostro ranudo, verde moteado, realmente no combinaba con su su vestido de entrecasa floral y zapatillas. ¿Esta ciudad? Raro.

Ella no dejaba de mirar; yo no podía descubrir que era ella, y súbitamente me psue nerviosa. Miré fijamente el cielo, para inspeccionar buscando nubes errantes, pero no vi nada. Tirando de la mano de Lend para que sigamos caminando, sacudí mi inquietud.

—¿Qué mas hay en la agenda esta mañana? —pregunté.

—¿El collar no me libera de planear las cosas?

—Bien. Pero eso sólo te compra el día de hoy. Todavía tendrás que ingeniártelas para que hagamos algo mañana. Y por ahora, creo que la comida está en primer lugar. Mucho. Olvidé el desayuno.

—Bien, podemos… —El teléfono de Lend sonó y lo sacó de su bolsillo, frunciendo el ceño ante el número—. Un segundo. —Lo respondió y yo planeé que hacer el resto de las horas del fin de semana. Las películas esta tarde con Arianna, luego de la cual tenía un complot secreto para arrastrarla al karaoke. Ella lo negó, pero la encontré cantando Duran Duran en la ducha. Si eso no funcionaba, estaba pensando en los bolos. Nunca había ido y estaba garantizado que es horrible, peor sería divertido con Lend. Quizás pudiéramos hacer cita doble con Carlee y cualquier chico con el que esté saliendo actualmente.

Mi estómago se hundió cuando retorné a la conversación.

—¿Todo? —preguntó Lend, su voz tensa—. No, cálmate, está bien, no es tu culpa. Estoy contento de que no te lastimaran. Puedo volver. ¿Estás segura de que todo se ha perdido? —Cerró los ojos, conteniendo un suspiro—. Bien, dame ua hora o dos para llegar allí. —Colgó y miró fijamente el teléfono como si pudiera borrar la conversación.

Y, simplemente así, mi fin de semana se evaporó.

—¿Qué?

—Natalie, una chica d emi grupo, estaba a cargo de compilar todo. Un chico le robó la mochila en la estación del metro…tomó su laptop, todas sus notas, todo. Estamos jodidos. Voy a tener que ir y ayudarlo a juntar todo de vuelta. Es el trabajo de tres semanas. —Su mandíbula se apretó con estrés.

Por un breve momento estuve tentada de decirle que tenr un doble título en biología y zoología no importaba. En absoluto. ¿En el gran esquema de su vida inmnortal, este estúpido proyecto grupal universitario? Ni una gota en el océano. Pero…si él supiera que es mas elemental que humano, ¿dejaría la escuela? ¿Dejaría su vida normal?

¿Me dejaría?

Si, por lo queno voy a decirlo. No en ese momento, de todos modos. Quiero decir, si él tenía la eternidad, ¿qué diferencia hacía si se lo decía mañana o dentro de diez años? No se estaba haciendo cada vez menos inmortal. Por supuesto, quizás si se lo decía, podría estar cerca de él sin sentir culpa. Pero había esperado todo este tiempo, y no quería empeorar las cosas.

—¿Evie?

—¿Qué?

—Lo siento. Sé que esto apesta.

—Oh, si. Quiero decir, si, apesta, pero tienes que hacer lo que tiens que hacer, ¿verdad? —Le di m mejor sonrisa de ¿no soy una novia que te a todo su apoyo?

Nos apresuramos a volver al comedor, la primavera feliz en mi camino, muerta. Así que los árboles estaban cambiando de color. Gran bleep cosa. Lend hizo unas cuantas llamadas, pero a pesar de sus mejores esfuerzos estaba claro que necesitaba estar allí para ayuar a arreglarlo. Me dejó con un persistente, arrepentido beso y nada que hacer por los siguientes dos días mas que la tarea.

—¿Ya de regreso? —preguntó Arianna cuando entré, los auriculares puestos y la voz muy fuerte.

—Tenía que volver a la escuela.

—Que mal. —Ella realmente alzó la vista ahora y frunció el ceño, viendo mi rostro—. Eso hace tu fin de semana apestar, ¿no es cierto? ¿Quieres ir…no lo sé, salir a algún callejón oscuro conmigo hasta que el sol se oculte?

Forcé una risa.

—No te preocupes. Sigue exigiendo venganza virtual. Todavía tenemos la película a la tarde.

—Bien. Pero no te sostendré la mano.

—Gracias a Dios por eso.

Se puso de vuelta los auriculares. Caminé a mi cuarto y me dejé caer pesadamente sobre mi cama.

Y grité cuando mi puerta se cerró de golpe. Una figura salió de detrás de ella.

—Bastante rosa aquí, ¿no?

Fin de capítulo

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