jueves, 29 de septiembre de 2011

capitulo 8- supernaturally


Capítulo 8
Sueña

Traducido por Niii


—¿Qué está mal? —preguntó Vivian. Nos sentamos en una colina con vista al mar, las estrellas en el cielo nocturno se reflejaban en el agua. Puso su brazo a mí alrededor con torpeza y recargué mi cabeza sobre su hombro.

Cuando comenzó a aparecer en sueños por primera vez luego del pasado abril, me asustó como la mierda. Sin embargo, ella estaba tan sola, que no pude evitar hablar con ella. Aún no la había perdonado por matar a Lish —no creo que llegara a hacerlo jamás— pero era un tema que ambas evitábamos para poder conocernos. Ahora entendía un poco mejor de dónde venía, y siempre había simpatizado con cuán profundamente sola había estado. Además, al ser criada por las hadas, estaba destinada a tomar malas decisiones. Pisábamos ligeramente sobre los temas difíciles, y en algún punto del camino se sentía como si realmente nos hubiéramos convertido en las hermanas que ella siempre había querido que fuéramos.

Con la excepción de que ella nunca tomó mis cosas, lo que era agradable.

Me sequé las lágrimas.

—No sé qué estoy haciendo. Estoy triste, no sé por qué, y no debería estarlo… y aquí estoy, quejándome contigo cuando tú ni siquiera eres… —Me detuve, incapaz de terminar. Vivian no iba a despertar, jamás. Cuando tomé las almas que poseía, ella no había tenido lo suficiente de su propia alma para tener una vida normal. Era mi culpa.

—Oye, tranquila, no te preocupes por mí. Estoy bien.

—No me has visitado en un tiempo.

—¿No lo he hecho? —Miró pensativamente hacia el agua—. Estoy aquí, o estoy en ninguna parte, o en algún otro lugar completamente distinto. Me da un montón de tiempo para pensar. Pero no parezco llegar a ninguna parte con ello.

—Lo siento.

—Lo sé. También yo. Intento crear una vida completamente diferente en mi mente, ser quien fue lo suficientemente fuerte para dejarlo ir.

—Lo fuiste, sin embargo. —La toqué con mi codo—. No tomaste mi alma.

—Eso es algo, pero realmente no compensa las que sí tomé, ¿no es verdad?

No, no lo hacía.

—Algunas veces… algunas veces deseo que me hubieras enviado con ellos. —Tomó mi mano en las suyas, trazando la línea del contorno de la puerta en las estrellas a través de la que había enviado las almas. Ninguna de nosotras entendía qué había ocurrido realmente esa noche. Tal vez las dos fuéramos Vacías, capaces de abrir puertas entre los mundos, pero eso no significaba que tuviéramos idea de cómo funcionaba—. Me pregunto qué hubiera pasado si las hadas no me hubieran enviado detrás de ti, si se hubieran dado cuenta de que tenía suficiente energía para abrir una puerta yo misma. Por suerte para nosotras mis hadas eran idiotas, pero no puedo evitar imaginarlo. Pienso que me gustaría ver lo que hay ahí afuera.

Dejé escapar un profundo suspiro.

—Algún día ambas lo haremos.

Ella rió otra vez.

—Oye, estúpida, no es algo malo.

—Es otra forma de perder a las personas —susurré—. Me siento como si estuviera condenada a perder a todos, siempre. Parece que no soy capaz de conservar a las personas que amo.

Ella apretó mi mano.

—Lo sé. Ahora, por el lado positivo, yo no me iré a ninguna parte. —Su voz había adquirido ese borde de ironía que recordaba tan bien; es divertido que lo que solía asustarme ahora fuera reconfortante, familiar. Estar juntas era como un pequeño toque de hogar… un concepto extraño para ambas. Ella bajó su vista a mi mano; me pareció ver un pequeño destello de luz, al tiempo que sentí un hormigueo—. ¿Qué fue eso?

Me había olvidado de la estúpida sílfide. Este difícilmente era el lugar para hablar de ello. Otra cosa de la que preocuparme.

—Yo no vi nada —dije.

—Si vas a mentir realmente deberías mejorar en ello. —Ella se recostó sobre la hierba para mirar el cielo—. Así que, estás triste. ¿Cuál es el problema?

Suspirando profundamente, me recosté también.

—No lo sé. Finalmente tengo la vida que he deseado durante tanto tiempo. Y es genial, en serio, y Lend…

—Me gusta oír sobre él.

—Me gusta hablar sobre él. Y es maravilloso. Pero yo no… todavía no se lo he dicho.

—Sí, me lo imaginé. En realidad no eres buena con toda la cosa de la honestidad.

—¡Mira quién habla!

—Oye, yo fui honesta sobre lo que estaba haciendo. —Ella me dio una sonrisa maliciosa, recordándome que no era tan inocente como me gustaba pretender—. Pero eso no es de lo que se trata este nuevo ataque de llanto, porque has sabido del alma inmortal de Lend desde hace un tiempo ya.

Me removí incómoda.

—Reth me visitó esta noche.

—¿En serio? Desearía que me hubiera visitado a mí…

—¡Vivian!

—¿Qué? Una chica se siente sola cuando está en coma, y hada o no, él es bonito. —No estaba segura de si ella lo quería para tontear un poco con él o para dejarlo seco… y estaba igualmente insegura sobre cuál de las opciones me asustaba más—. Sin embargo, continúa.

—No lo sé. Él dio a entender que no soy realmente feliz con la vida que escogí. —Odiaba cómo siempre parecía ver directamente a través de mí. Si no tenía que lidiar con intranquilas y mortalmente impredecibles emociones, ¿por qué tenía que ser tan malditamente bueno en leerlas?

—Bueno, ¿eres feliz?

—¡Sí! ¡Lo soy! Por supuesto que lo soy. Es lo que siempre quise.

—Pero…

—Nada. Es estúpido.

—Bueno, duh. Tú, mi querida hermana, eres estúpida acerca de un montón de cosas.

La fulminé con la mirada.

—Dios, ¿debes ser tan tierna?

Se encogió de hombros.

—Como dije, soy honesta. Vamos. Es lo que siempre quisiste, ¿y?

—Y no lo es, ¿sabes? Lend está tanto tiempo fuera, e incluso cuando está aquí no puedo evitar preocuparme sobre el hecho de que esta no es la vida él escogerá cuando descubra que es como su mamá. Y luego Raquel apareció esta semana, lo que me recordó cómo solían ser las cosas. No eran geniales, pero como que lo extraño… —Pensé en cómo había sido mi vida en la AICP, en lo mucho que había soñado en ser normal, en la vida que ahora tenía. ¿Qué era lo que extrañaba? No eran las misiones, las restricciones, el estilo de vida.

Era algo importante.

—Extraño ser especial. Con la AICP, yo era especial. Me necesitaban. Y en el mundo real, yo… no lo soy. —Las lágrimas comenzaron a caer otra vez y me las limpié, avergonzada—. Lo siento. Cuán patética soy, lloriqueando toda mi vida sobre ser diferente, y luego odiando ser igual que todos los demás.

Viv se levantó sobre sus codos, frunciendo el ceño.

—Pero no lo eres. Nunca has sido igual. Así que no lo entiendo… no has cambiado. ¿Cuál es el problema aquí?

—No lo sé.

—Entonces supéralo. Haz algo.

—¿Qué?

Ella agitó una mano con desdén.

—Lo que sea que quieras hacer. Ésa es la gloria de ser tú, Evie. Tienes una elección. No te recomendaría ir por una matanza masiva de paranormales, sin embargo. No resultó ser tan caliente para mí.

Dejé escapar una risa ahogada.

—Eres terrible.

—Dímelo a mí.

Entonces nos quedamos en silencio, ambas perdidas en nuestros problemas. Finalmente, Vivian tomó mi mano en las suyas incluso más frías otra vez, tirando de mí para que me sentara a su lado.

—Bien, suficiente de esta fiesta de compasión. Si he estado ausente por un tiempo, hay cosas importantes de las que necesitamos hablar.

—¿Qué sería eso?

—Um, ¿hola? Necesitas ponerme al día con Easton Heights. No escuché un resumen de las tres primeras temporadas para que me dejes colgada ahora.

Me reí.

—¿Importante, huh? Bien. —Y compartí lo poco que podía del mundo exterior, aquí en mi oscuro mundo de sueños donde Vivian y yo nos conocimos.

Algunas veces se sentía más real que cualquier otra cosa.

Cuando desperté en la mañana mi mano todavía estaba curvada como si estuviera sosteniendo la de Vivian. Suspiré. Las noches con Viv siempre me dejaban con una extraña combinación de bienestar y arrepentimiento. Y luego, por supuesto, culpa por ser amiga de la chica que asesinó a Lish, pero Lish lo hubiera entendido. Eso esperaba.

Las hadas que criaron a Vivian nunca le dejaron creer que tuviera una elección. Siempre se había sentido como si su vida hubiera estado determinada para ella. Creo que se daba cuenta que no lo estaba, ahora que era demasiado tarde. Me hacía preguntarme si de haberme conectado con ella antes, podría haberlo detenido del todo.

Era suficiente para volver loca a una persona, el pensar en ello.

Al final, Vivian había hecho su elección y pagado por ello. Gracias a las hadas, ella se había quedado sin opciones. Pero yo no. Haría de esta vida lo que yo quería que fuera. Que se jodiera Reth… yo sería feliz. Iba a tener mi pastel y a comerlo, también.

O más bien, sería normal y tendría mi paranormal, también. Yo era especial; ¿por qué pretender algo distinto? Necesitaba enviarle un email a Raquel. Estaba a punto de arreglar su día.

Fin del Capítulo

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