sábado, 16 de julio de 2011

capitulo 16 - passion lauren kate

Capítulo 16
El Mejor Hombre


Traducido por Emii_Gregori



JERUSALÉN, ISRAEL. 27 DE NISSAN, 2760
(APROXIMADAMENTE 1 DE ABRIL, 1000 AC)


Daniel no era del todo él mismo.

Él estaba todavía hendido al cuerpo que se había unido con los fiordos oscuros de Groenlandia. Trató de reducir la velocidad mientras salía del Mensajero, pero su ímpetu era demasiado grande. En gran medida desequilibrado, dio vueltas en la oscuridad y rodó por tierra rocosa hasta que su cabeza chocó contra algo duro. Luego se quedó inmóvil.

Hendirse a su propio pasado había sido un error enorme.

La forma más sencilla se separar dos encarnaciones entrelazadas de un alma era matar el cuerpo. Liberado de la jaula de la carne, el alma lo clasificó. Sin embargo, matarse a sí mismo no era realmente una opción para Daniel. A menos que...

La Estrella Fugaz.

En Groenlandia, él la había arrebatado de donde estaba recostada en la nieve en el borde del fuego de los ángeles. Gabbe la había traído como protección simbólica, pero ella nunca habría esperado que Daniel se hendiera y lo robara.

¿Realmente había pensado que él podía arrastrar la opaca punta plateada en su pecho y dividir su alma, echando a su mismo pasado de vuelta al tiempo?

Estúpido.

No. Probablemente él metería la pata, fallaría, y entonces en vez de dividir su alma, accidentalmente podría matarse. Sin alma, el aspecto terrenal de Daniel, este cuerpo embotado, vagaría la tierra a perpetuidad, en busca de su alma pero conformándose con la segunda mejor opción: Luce. La atormentaría hasta el día de su muerte, y tal vez después de eso.

Lo que Daniel necesitaba era un compañero. Lo que necesitaba era imposible.

Él gruñó y rodó sobre su espalda, entrecerrando sus ojos por el brillo del sol directamente sobre su cabeza.

—¿Ves? —dijo una voz por encima de él—. Te dije que estábamos en el lugar correcto.

—No veo por qué esto… —Otra voz, un chico en esta ocasión—… es una prueba de que nosotros estamos haciendo algo bien.

—Oh, vamos, Miles. No dejes que tu queja constante con Daniel nos impida encontrar a Luce. Obviamente él sabe dónde está.

Las voces se acercaban. Daniel abrió sus ojos en un estrabismo y vio un brazo cortar la luz del sol, extendiéndose hacia él.

—Hola allí. ¿Necesitas una mano?

Shelby. La amiga Nephilim de Luce en Shoreline.

Y Miles. El que ella había besado.

—¿Qué están haciendo aquí? —Daniel se sentó bruscamente, rechazando la mano de Shelby. Frotó su frente y miró detrás de él… la cosa con la cual había chocado era el tronco gris de un olivo.

—¿Qué crees que estamos haciendo aquí? Estamos buscando a Luce. —Shelby abrió la boca debajo de Daniel y arrugó su nariz—. ¿Qué te pasa?

Nada. —Daniel trató de levantarse, pero estaba tan mareado que rápidamente se volvió a acostar. El hendimiento (especialmente arrastrando su cuerpo pasado a otra vida) le había hecho mal. Luchó contra su pasado desde el interior, golpeándolo contra los bordes, magullando su alma sobre huesos y su piel. Sabía que el Nephilim podía sentir que algo inconfesable le había sucedido—. Váyanse a casa, intrusos. ¿Qué Mensajero usaron para llegar hasta aquí? ¿Saben la cantidad de problemas que podrían llegar a traer?

De repente algo de plata brilló bajo su nariz.

—Llévanos a Luce. —Miles estaba apuntando con una Estrella Fugaz en el cuello de Daniel. El rebosar de su gorra de béisbol ocultó su “sí”, pero su boca estaba atornillada en una mueca nerviosa.

Daniel quedó atónito. —Tú… tú tienes una Estrella Fugaz.

—¡Miles! —susurró Shelby ferozmente—. ¿Qué estás haciendo con esa cosa?

La punta embotada de la flecha se estremeció. Miles estaba claramente nervioso—. La dejaste en el patio después de que los Relegados se fueran —le dijo a Daniel—. Cam agarró uno, y en el caos, nadie se dio cuenta cuando tomé esta. Y saliste después de Luce. Y nos fuimos después de ti. —Se volvió hacia Shelby—. Pensé que podríamos necesitarla. Auto-defensa.

—No te atrevas a matarlo —le dijo Shelby a Miles—. Eres un idiota.

—No —dijo Daniel, muy lentamente sentándose—. Está bien.

Su mente daba vueltas. ¿Cuáles eran las probabilidades? Sólo había visto este hecho una vez antes. Daniel no era ningún experto en el hendimiento. Sin embargo, su pasado se retorcía dentro de él… él no podía seguir así. Sólo había una solución. Miles estaba sosteniéndola en sus manos.

Pero, ¿cómo podría llegar el chico a atacarlo sin explicar todo? ¿Y podía confiar en el Nephilim?

Daniel se empujó ligeramente hacia atrás hasta que sus hombros estaban en contra el tronco del árbol. Él se deslizó, sosteniendo sus dos manos amplias y vacías, mostrándole a Miles no había nada que temer. —¿Tomaste esgrima?

—¿Qué? —Miles parecía desconcertado.

—En Shoreline. ¿Has tomado una clase de esgrima o no?

—Todos lo hicimos. Era algo insustancial y no era tan bueno, pero…

Eso era todo lo que Daniel necesitaba oír. —¡En guardia! —gritó, sacando su Estrella Fugaz oculta como una espada.

Los ojos de Miles se ampliaron. En un instante, él había levantado su flecha también.

—Oh, mierda —dijo Shelby, corriendo fuera del camino—. Chicas, en serio. ¡Alto!

Las Estrellas Fugaces eran más cortas que las hojas de esgrima, pero a unas cuantas pulgadas más largas que las flechas normales. Eran muy ligeras pero muy duras como el diamante, y si Daniel y Miles eran muy, muy cuidadoso, los dos podrían discernirse de esta vida. De alguna manera, con la ayuda de Miles, Daniel podría liberarse de su pasado.

Él cortaba el aire con su Estrella Fugaz, avanzando unos pasos hacia el Nephilim.

Miles respondió, defendiéndose contra golpe de Daniel, con su flecha rebotando fuertemente hacia la derecha. Cuando las Estrellas Fugaces se enfrentaron, ellas no hicieron los sonidos secos y metálicos que hacían las hojas de metal. Hicieron un profundo y resonante whooomp que reverberó de las montañas y sacudió el suelo bajo sus pies.

—Tu lección de esgrima no era insustancial —dijo Daniel mientras su flecha se entrecruzaba con la de Miles en el aire—. Debía prepararte para un momento como este.

—¿Un momento…? —Miles gruñó mientras se abalanzó hacia delante, barriendo su Estrella Fugaz hasta que se deslizó en contra de Daniel en el aire—¿…como qué?

Sus brazos se tensaron. Las Estrellas Fugaces hicieron una X congelada en el aire.

—Necesito que me liberes de una encarnación anterior en la que tengo hendida mi alma —dijo Daniel simplemente.

—Lo que… —murmuró Shelby desde la línea de banda.

La confusión cruzó el rostro de Miles, y su brazo vaciló. Su lámina desapareció y su Estrella Fugaz cayó al suelo. Él jadeó y hurgó por ella, mirando a Daniel, aterrorizado.

—No iré por ti —dijo Daniel—. Necesito que vengas por mí. —Logró una sonrisa competitiva—. Vamos. Sabes que lo deseas. Lo has querido desde hace mucho tiempo.

Miles se sobrecargó, sosteniendo la Estrella Fugaz como una flecha en lugar de una espada. Daniel estaba listo para él, zambulléndose a un lado justo a tiempo y dando vueltas alrededor para chocar su Estrella Fugaz con la de Miles.

Fueron encerrados en el apretón de cada uno: Daniel con su Estrella Fugaz señalando más allá del hombro de Miles, utilizando su fuerza para mantener al chico Nephilim atrás, y Miles con su Estrella Fugaz lejos del corazón de Daniel.

—¿Vas a ayudarme? —exigió Daniel.

—¿Qué hay para nosotros? —Miles preguntó.

Daniel tuvo que pensar en esto por un momento. —La felicidad de Luce —dijo al fin.

Miles no dijo que sí. Pero tampoco dijo que no.

—Ahora… —La voz de Daniel vaciló mientras le daba las instrucciones—… con mucho cuidado, arrastra la hoja en línea recta por el centro de mi pecho. No perfores la piel o me matarás.

Miles estaba sudando. Su cara estaba blanca. Miró a Shelby.

—Hazlo, Miles —susurró ella.

La Estrella Fugaz tembló. Todo estaba en manos de este chico. El extremo embotado de la Estrella Fugaz tocó la piel de Daniel, y viajó hacia abajo.

—Oh mi Dios. —Los labios de Shelby se curvaron con horror—. Él está mudando piel.

Daniel podía sentirlo, como si una capa de piel estuviera despegándose de sus huesos. El cuerpo de su propio pasado estaba cortándose poco a poco del suyo. El veneno de separación lo atravesó, enroscándose profundamente en las fibras de sus alas. El dolor era tan bruto que daba náuseas, agitándose muy profundo en su interior con grandes olas de la marea. Su visión se nubló; un zumbido llenó sus oídos. La Estrella Fugaz en su mano cayó al suelo. Entonces, de repente, sintió un gran empujón y un aliento agudo y frío de aire. Hubo un gruñido largo y dos golpes sordos, y luego…

Su visión se aclaró. El zumbido cesó. Se sentía claramente simple.

Libre.

Miles estaba en el suelo debajo de él, jadeando. La Estrella Fugaz en la mano de Daniel había desaparecido. Daniel se dio la vuelta para encontrar un espectro de su propio pasado de pie detrás de él, su piel estaba gris y su cuerpo era fantasmal, con sus ojos y sus dientes negros de carbón, la Estrella Fugaz llegó a su mano. Su perfil se tambaleó en el aire caliente, como la imagen en un televisor teniendo un cortocircuito.

—Lo siento —dijo Daniel, llegando hacia delante y agarrando a su propio pasado en la base de sus alas. Cuando Daniel levantó la sombra de sí mismo fuera de la tierra, su cuerpo se sentía escaso e insuficiente. Sus dedos encontraron el portal grisáceo del Mensajero a través del cual ambos Daniels había viajado poco antes de separarse—. Tú día llegará —dijo.

Luego lanzó a su pasado de vuelta al Mensajero.

Él observó el espacio vacío desvanecerse en el calor del sol. El cuerpo hizo un ruido interminable de silbidos mientras caía en el tiempo, como si tratara de caer por un precipicio. El Mensajero se dividió en trazos infinitesimales, y se fue.

—¿Qué demonios ha pasado? —Shelby preguntó, ayudando a Miles a levantarse.

El Nephilim estaba fantasmalmente blanco, boquiabierto hacia sus manos, volteándolas y examinándolas como si nunca las hubiera visto antes.

Daniel se dirigió a Miles. —Gracias.

Los ojos azules del chico Nephilim lucían ansiosos y asustados al mismo tiempo, como si quisiera bombear cada detalle de Daniel sobre lo que había sucedido, pero no deseaba mostrar su entusiasmo. Shelby se quedó sin habla, que era un hecho sin precedentes.

Daniel había despreciado Miles hasta entonces. Él había estado molesto con Shelby, quién prácticamente había llevado a los Relegados directamente hacia Luce. Pero en ese momento, bajo el olivo, pudo ver por qué Luce se había hecho amiga de ambos. Y se alegró.

Un cuerno sollozó en la distancia. Miles y Shelby saltaron.

Era un shofar, un cuerno de carnero sagrado que hacía una larga nota nasal —a menudo utilizado para anunciar servicios religiosos y festividades. Hasta entonces Daniel no había mirado a su alrededor para darse cuenta de dónde estaban.

Los tres estaban de pie bajo la sombra moteada del olivo en la cresta de una baja colina. Frente a ellos, la colina descendía a un valle ancho y plano, leonado con las altas hierbas nativas que nunca habían sido cortadas por el hombre. En el centro del valle estaba una estrecha franja color verde, donde las flores silvestres crecían al lado de un río estrecho.

Justo al este del cauce del río, un pequeño grupo de carpas estaban agrupadas, frente a una estructura cuadrada más grande hecha de piedra blanca, con un techo enrejado de madera. La explosión del shofar debe haber venido de ese templo

Una línea de mujeres, en capas de colores que caían a sus tobillos, entraban y salían del templo. Llevaban jarras de barro y bandejas de bronce de alimentos, como si prepararan una fiesta.

—Oh —dijo Daniel en voz alta, sintiendo una profunda melancolía asentarse sobre él.

—¿Oh, qué? —Shelby preguntó.

Daniel agarró la capucha de la sudadera de camuflaje de Shelby. —Si están buscando Luce aquí, no la encontrarán. Ella está muerta. Murió hace un mes.

Miles casi se ahogó.

—Te refieres al Luce de esta vida —dijo Shelby—. No a nuestra Luce. ¿Verdad?

—Nuestra Luce (mi Luce) no está aquí, tampoco. Ella nunca supo que este lugar existía, así que su Mensajero no la trajo aquí. Ustedes tampoco debieron haberlo hecho, tampoco.

Shelby y Miles compartieron una mirada. —Dices que estás buscando a Luce —dijo Shelby—, pero si sabes que ella no está aquí, ¿por qué sigues dando vueltas?

Daniel miró más allá de ellos, en el valle. —Asuntos pendientes.

—¿Quién es esa? —Miles preguntó, señalando a una mujer en un largo vestido blanco. Ella era alta y esbelta, con cabello rojo brillando a la luz del sol. Su vestido era escotado, luciendo mucha piel dorada. Ella estaba cantando algo suave y encantador, una canción bromista que apenas podrían oír.

—Esa es Lilith —dijo Daniel lentamente—. Supongo que ella se casó hoy.

Miles dio unos pasos a lo largo de un sendero que descendía desde el olivo hacia el valle donde se encontraba el templo, aproximadamente a unos cien metros por debajo de ellos, como para tener una mejor visión.

—¡Miles, espera! —Shelby se batió después de él—. Esto no es como cuando estábamos en Las Vegas. Esto es algo loco… otro tiempo o lo que sea. No puedes ver a una chica caliente e ir paseando como dueño del lugar. —Ella volvió a mirar a Daniel en busca de ayuda.

—Mantengan la calma —les instruyó Daniel—. Manténganse abajo de la línea de hierbas. Y deténganse cuando diga que se detengan.

Con cuidado, se tiraron por el camino, deteniéndose por fin cerca de la orilla del río, río abajo hacia el templo. Todas las carpas en la pequeña comunidad habían sido cubiertas de guirnaldas de caléndulas y flores de licor. Ellos estaban al alcance del oído de las voces de Lilith y las chicas que estaban ayudándola a prepararse para la boda. Las chicas rieron y se unieron a la canción de Lilith mientras trenzaban su largo cabello rojo en una corona de flores alrededor de su cabeza.

Shelby se giró hacia Miles. —¿No se parece a la Lilith de nuestra clase en Shoreline?

No —dijo Miles instantáneamente. Él estudió a la novia por un momento—. Bueno, tal vez un poco. Raro.

—Luce probablemente nunca la mencionó —explicó Shelby a Daniel—. Ella es toda una perra del Infierno.

—Tiene sentido —dijo Daniel—. Tu Lilith podría venir de la misma línea de malvadas mujeres. Todas ellas son descendientes de la madre original Lilith. Ella fue la primera esposa de Adán.

—¿Adán tenía más de una esposa? —Shelby se quedó boquiabierta—. ¿Qué pasa con Eva?

—Antes de Eva.

—¿Una Pre-Eva? De ninguna manera.

Daniel asintió. —Ellos no estuvieron casados mucho tiempo cuando Lilith le dejó. Rompió su corazón. Esperó mucho tiempo, pero al final, encontró a Eva. Y Lilith nunca perdonó a Adán por lograr sobreponerse a ella. Ella pasó el resto de sus días vagando por la tierra y maldiciendo la familia que Adán tenía con Eva. Y sus descendientes… a veces empiezan a salir bien, pero tarde o temprano, bueno, realmente la manzana nunca cayó lejos del árbol.

—Eso es desastroso —dijo Miles, a pesar de que parecía hipnotizado por la belleza de Lilith.

—¿Me estás diciendo que Lilith Clout, la chica que puso mi cabello en llamas en el noveno grado, podría ser literalmente una perra del Infierno? ¿Que todos mis vudús hacia ella podrían haber estado justificados?

—Supongo que sí. —Daniel se encogió.

—Nunca me he sentido tan justificada. —Shelby se echó a reír—. ¿Por qué esta no se encuentra en alguno de nuestros libros de angelología en Shoreline?

—Shhh. —Miles señaló hacia el templo. Lilith había dejado a sus doncellas para completar la decoración de la boda (sembrando amapolas amarillas y blancas cerca de la entrada al templo, tejiendo cintas y pequeñas campanas de plata en las ramas bajas de los árboles de roble) y se alejó de ellas, al oeste, hacia el río, hacia donde se ocultaban Daniel, Shelby, y Miles.

Llevaba un ramo de lirios blancos. Cuando llegó a la orilla del río, arrancó algunos pétalos y los dispersó sobre el agua, todavía cantando suavemente en voz baja. Luego se giró para caminar hacia el norte a lo largo de la orilla, hacia un algarrobo viejo y enorme, con ramas cayendo al río.

Un niño estaba sentado debajo, mirando fijamente la corriente. Sus largas piernas estaban apoyadas contra su pecho, con un brazo cubriéndolas. El otro brazo estaba arrojando piedras al agua. Sus ojos verdes brillaban contra su piel bronceada. Su cabello negro azabache era un poco peludo, y húmedo de haberse sumergido recientemente.

—Oh, Dios mío, ese es… —El grito de Shelby fue cortado por la mano de Daniel sujetando su boca.

Este era el momento que él había estado temiendo. —Sí, es Cam, pero no es el Cam ya sabes. Se trata de un Cam del pasado. Hemos estado miles de años en el pasado.

Miles entrecerró sus ojos. —Pero sigue siendo malo.

—No —dijo Daniel—. No lo es.

—¿Huh? —Shelby preguntó.

—Hubo un momento en que todos éramos parte de una familia. Cam era mi hermano. No era malo, todavía no. Tal vez ni siquiera ahora.

Físicamente, la única diferencia entre este Cam y el otro que Shelby y Miles sabían era que tenía el cuello al descubierto con el tatuaje de rayos de sol que había recibido de Satanás cuando se había arrojado en su suerte con el Infierno. De lo contrario, Cam se veía exactamente como lo hacía ahora.

Excepto que esta cara de Cam del pasado estaba dura de preocupación. Era una expresión que Daniel no había visto en Cam en milenios. Probablemente no desde este mismo momento.

Lilith se detuvo detrás de Cam y rodeó sus brazos alrededor de su cuello para que sus manos descansaran justo sobre su corazón. Sin necesidad de girarse o decir una palabra, Cam se acercó y tomó sus manos en las suyas. Ambos cerraron sus ojos, satisfechos.
—Esto parece muy privado —dijo Shelby—. Deberíamos estar… quiero decir, me siento rara.

—Entonces vete —dijo Daniel lentamente—. No hagas una escena en tu camino a…

Daniel se rompió. Alguien estaba caminando hacia Cam y Lilith.

El joven era alto y bronceado, vestido con un traje largo y blanco, y llevaba un grueso rollo de pergamino. Su cabeza rubia estaba abajo, pero obviamente era Daniel.

—Yo no me voy. —Los ojos de Miles se sobre el pasado de Daniel.

—Espera, pensé que acabábamos de enviar a ese tipo de vuelta a los Mensajeros —dijo Shelby, confusa.

—Esa fue una versión más temprana de mí mismo —dijo Daniel.

—¡Una versión más temprana de mí mismo, dices! —Shelby resopló—. ¿Exactamente cuántos Daniels hay?

—Él vino hace dos mil años en el futuro más allá del momento en que estamos ahora, lo que sigue siendo uno mil años en el verdadero pasado. Aquel Daniel no debería haber estado aquí.

—¿Estamos tres mil años en el pasado ahora? —Miles preguntó.

—Sí, y realmente no deberíamos estarlo. —Daniel hizo que Miles apartara la mirada—. Pero esa versión anterior de mí… —Señaló al muchacho que se había detenido junto a Cam y Lilith—… pertenece aquí.

Al otro lado del río, Lilith sonrió. —¿Cómo estás, Dani?

Ellos vieron cómo Dani se arrodillaba junto a la pareja y desenrollaba el rollo de pergamino. Daniel recordó: Era su licencia de matrimonio. Él mismo había inscrito todo eso en arameo. Se suponía que él debía realizar la ceremonia. Cam se lo había pedido meses antes.

Lilith y Cam leyeron rápidamente el documento. Estaban bien juntos, Daniel recordó. Ella escribió canciones para él y pasó horas recogiendo flores silvestres, tejiéndolas en su ropa. Él se entregó a ella. Escuchó a sus sueños y la hacía reír cuando estaba triste. Ambos tenían sus lados volátiles, y cuando discutían, toda la tribu oído hablaba de ello —pero ninguno de ellos fue sin embargo la cosa oscura en que se convirtieron después se separaron.

—Esta parte de aquí —dijo Lilith, apuntando a una línea en el texto—. Dice que nos casaremos en el río. Pero tú sabes que yo quiero casarme en el templo, Cam.

Cam y Daniel se miraron. Cam buscó la mano de Lilith. —Mi amor. Ya te he dicho que no puedo.

Algo caliente se elevó en la voz de Lilith. —¿Te niegas a casarte conmigo debajo de los ojos de Dios? ¡En el único lugar donde mi familia aprobará nuestra unión! ¿Por qué?

—Whoa —susurró Shelby al otro lado del arroyo—. Veo lo que está pasando. Cam no pueden casarse en el templo... no puede ni siquiera poner un pie en el templo, porque…

Miles comenzó a susurrar, también: —Si un ángel caído entra en el santuario de Dios…

—Todo explota en llamas —terminó Shelby.

Los Nephilim estaban en lo cierto, por supuesto, pero Daniel estaba sorprendido por su propia frustración. Cam amaba Lilith, y Lilith amaba a Cam. Tuvieron la oportunidad de hacer que su amor funcionara, y a lo que Daniel se refería, al infierno con todo lo demás. ¿Por qué era Lilith tan insistente en que se casaran en el templo? ¿Por qué Cam no le daba una buena explicación por su rechazo?

—No pondré un pie allí —Cam señaló al templo.

Lilith estaba a punto de llorar. —Entonces no me amas.

—Te amo más de lo que creía posible, pero eso no cambia nada.

El delgado cuerpo de Lilith pareció crecer con rabia. ¿Podía sentir que había más en el rechazo de Cam que simplemente algún deseo de negarla? Daniel no lo creía. Ella apretó los puños y dejó escapar un grito largo y agudo.

Pareció sacudir la tierra. Lilith agarró las muñecas de Cam y lo aplastó contra el árbol. Él ni siquiera luchó.

—A mi abuela nunca le gustaste. —Sus brazos temblaban mientras lo sujetaban—. Ella siempre decía las cosas más terribles, y yo siempre te defendía. Ahora lo veo. En tus ojos y tu alma. —Sus ojos se aburrieron dentro de él—. Dilo.

—¿Decir qué? —Cam preguntó, horrorizado.

—Eres un hombre malo. Eres un… sé lo que eres.

Estaba claro que Lilith no lo sabía. Ella estaba aferrándose a los rumores que volaban alrededor de la comunidad —que él era malo, un mago, un miembro de lo oculto. Todo lo que quería era escuchar la verdad de Cam.

Daniel sabía que Cam podía decírselo a Lilith, pero él no quiso. Tenía miedo.

—No soy ninguna de las cosas malas que todos dicen de mí, Lilith —dijo Cam.

Era la verdad y Daniel lo sabía, pero sonaba mucho como una mentira. Cam estaba al borde de la peor decisión que alguna vez haría. Este era: el momento en que el corazón de Cam se rompió, de modo que se pudrió en algo negro.

—Lilith —le suplicó Dani, tirando de sus manos lejos de la garganta de Cam—. Él no es…

—Dani —advirtió Cam—. Nada de lo que puedas decir a arreglará esto.

—Eso es correcto. Está roto. —Lilith lo dejó ir, y Cam cayó de espaldas en el suelo. Ella tomó su contrato de matrimonio y lo arrojó al río. Giró lentamente en la corriente y se hundió—. Espero vivir mil años y tener mil hijas así siempre habrá una mujer que pueda maldecir tu nombre. —Ella le escupió en la cara, luego se giró y corrió hacia el templo, con su vestido blanco fluyendo detrás de ella como un vela.

La cara de Cam se volvió blanca como la túnica de la boda de Lilith. Él tomó la mano de Dani para ayudarse a sí mismo a levantarse. —¿Tienes una Estrella Fugaz, Dani?

—No. —La voz de Daniel tembló—. No hables así. La tendrás de vuelta, o de lo contrario…

—Fui ingenuo al pensar que podría haber salido impune al amar a una mujer mortal.

—Si sólo le hubieras dicho —dijo Dani.

—¿Decirle? ¿Lo que me pasó… a todos nosotros? ¿La Caída y todo desde entonces? —Cam se inclinó más cerca de Dani—. Tal vez ella tiene razón acerca de mí. La oíste: Todo el pueblo piensa que soy un demonio. Incluso si ellos no usan la palabra.

—"Ellos no saben nada.

Cam dio la vuelta. —Todo este tiempo he estado tratando de negarlo, pero el amor es imposible, Dani.

—No lo es.

—Lo es. Por almas como las nuestras. Ya lo verás. Puedes resistirte más de lo que podrías, pero ya verás. Ambos al final tendremos que elegir.

No.

—Qué rápido protestas, hermano. —Cam apretó el hombro de Dani—. Esto me hace preguntarme por ti. ¿Alguna vez no piensas en… atravesarlo?

Dani se encogió de hombros. —Pienso en ella y sólo en ella. Cuento los segundos hasta que esté conmigo otra vez. La elijo, mientras ella me elija a mí.

—Qué soledad.

—No es soledad —ladró Dani—. Es el amor. El amor que quieres para ti, es demasiado…

—Quiero decir: estoy solo. Y mucho menos noble de lo que estás. Cualquier día. Temo que un cambio está por venir.

—No. —Ahora Dani se acercó a Cam—. No lo harías.

Cam se irguió lejos y escupió. —No todos tienen la suerte de estar vinculado a nuestra pareja por una maldición.

Daniel recordó este insulto vacío: Lo había puesto furioso. Pero de todos modos, no debería haber dicho lo que vino después:

—Ve, entonces. No serás echado de menos.

Se arrepintió al instante, pero ya era demasiado tarde.

Cam retrocedió sus hombros y echó sus brazos. Cuando sus alas florecieron a sus costados, enviaron una ráfaga de viento caliente ondularse sobre el césped, donde Daniel, Shelby, y Miles estaban escondidos. Los tres miraron hacia arriba. Sus alas eran enormes y brillantes y…

—Espera un minuto —susurró Shelby—. ¡No son de oro!

Miles parpadeó. —¿Cómo no van a ser de oro?

Por supuesto que el Nephilim estaba confundido. La división de color de alas era tan clara como el día y la noche: oro para los demonios, plata o blanco para todos los demás. Y el Cam que ellos conocían era un demonio. Daniel no estaba de humor para explicarle a Shelby por qué las alas de Cam eran de un blanco brillante y puro, radiantes como diamantes, reluciente como la nieve besada por el sol.

Este Cam hace mucho tiempo no había atravesado nada aún. Estaba simplemente al borde del abismo.

Aquel día Lilith perdió a Cam como un amante, y Daniel lo perdió como hermano. A partir de este día en adelante, serían enemigos. ¿Podría Daniel haberlo detenido? ¿Y si él no se hubiera girado lejos de Cam y hubiera desplegado sus alas como un escudo… de la forma en que estaba observando a Dani ahora?

Tendría que haberlo hecho. Él quemó por brotar de los arbustos y detener a Cam ahora. ¡Podría haber sido diferente!

Las alas de Cam y las de Dani no tenían aún la fuerza magnética torturadora el uno hacia el otro. Todo lo que los rechazaron en ese momento era una diferencia persistente de opinión, una rivalidad filosófica.

Ambos ángeles se levantaron del suelo al mismo tiempo, cada uno encarnando una dirección diferente. Entonces cuando Dani se elevó al este a través del cielo y Cam se elevó al oeste, los tres anacronismos escondidos en el césped fueron los únicos en observar el brillo de la mordedura de oro en las alas de Cam. Como un rayo brillante.

2 comentarios:

  1. LAS AMO CHICAS!!! grasias a ustedes no estoy tan desesperada como pensaba que estaria, en cuanto termine Atorment!!

    Porfavor no me abandonen!

    Cualquier cosa que necesiten estare para ayudar!

    ATTE: Ripza_Kuro

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  2. gracias mil gracias por el enorme esfuerzo que hacen

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